Veo Los Soprano.

Terminar de estudiar no está bueno. Ya no puedo decir más que soy un estudiante. Mientras no trabaje, seré un desocupado. Así. Desocupado y nada más. Lo puedo camuflar un poco diciendo que estoy buscando trabajo, pero entonces me ofrecen uno. "Che, Estor, si querés le digo a mi primo que se puso una verdulería y necesita alguien que reciba la mercadería los sábados y domingos a la madrugada". ¡No! Sin querer ofender a los verduleros o a los cuadripléjicos (¿se entendió? Vedulería, vegetales, cuadripléjicos. Sí, malísimo, lo sé.), pero yo estudié, ¿para qué estudié? No seré licenciado ni ingeniero, pero estudié. Y quiero trabajar de eso. De eso o de actor porno.
La otra alternativa es mencionar las cosas aprobadas socialmente que hago. Leo. "¿Qué leés?" Ahora, Hijos del Hombre. "Ah, sí, vi la película y no me gustó". Ah. O: "Copado, ¿leíste El Lobo Estepario?" Sí y no lo entendí. También podría decir que voy al gimnasio pero me jugaría en contra ya que no se refleja en mi físico y porque levanto menos peso que los quinceañeros, que también deben coger más seguido que yo. Corrijo, deben coger. Y yo no.
El sábado pasado fui a una fiesta de egresados de la UBA y me puse a hablar con La Profesora de Italiano, amiga de amiga. Sabía que si me preguntaba qué hacía de mi vida y yo le respondía "Veo Los Soprano" no iba a ser muy seductor (ella trabaja en un colegio, da clases particulares, está terminando el profesorado y una carrera en la UBA, la cual yo abandoné), así que llevé la charla a donde había, por lo menos, empate . Y al final de la noche, sí, nos despedimos con un GRAN BESO... en el cachete.